Todos estos días he estado muy preocupado, y no he vomitado nada, ya que he comido casi nada. No tengo apetito y tengo poco sueño.
Jovanna votó sangre con coágulos de color marrón, pensamos que había tenido un aborto natural y espontáneo. Dos días después, aliviados, fuimos a hacerle una ecografía para ver si quedaban restos del feto y nos dimos con la sorpresa que estaba vivito y coleando. Resulta que ese sangrado es un síntoma de lo más normal en algunas mujeres embarazadas. Entonces mi cabeza comenzó a dar de nuevo vueltas, mirando mi fracasado futuro y mi impotencia de no poder darle a mi hijo lo que quisiera algún día darle. Quisiera que Jovanna aborte, pero no le digo nada pues a ella ni se le cruza esa idea por la cabeza.
Al cabo de un par de días, Jovanna me llama diciéndome que ha sangrado de nuevo, desgraciadamente no pude evitar alegrarme al escuchar esa noticia. Fuimos al ginecólogo y este nos dijo que está con amenaza de aborto, que el feto puede haber muerto y que saquemos otra ecografía para corroborar y comenzar con el legrado.
Me hacía sentir bien que el aborto haya sido natural y no inducido, engañaba a mi cargo de conciencia aunque sé que para Dios, la intención vale igual que la acción.
Sacamos otra ecografía y el feto estaba vivo y cagándose de risa de mí. Jamás en mi vida tuve tantas ganas de querer retroceder el tiempo. A Jovanna no le causaba felicidad estar embarazada, pero tampoco le parecía tan fatal como a mí. Por nada del mundo ella quería abortar.
Les conté lo sucedido a mis amigos de la banda. Les dije que me sentía muy mal porque no podía evitar no querer tener a ese niño. Me dijeron que debía ser sincero con Jovanna, y decirle mi punto de vista.
Al siguiente día, me cité con ella y le fui completamente sincero, fui muy crudo. Le dije que sentía que seríamos muy irracionales al tener un hijo en estas circunstancias, ya que ella no tiene profesión, yo tampoco, ambos ganamos un sueldo mínimo y no tendríamos ni siquiera dónde tenerlo. La hice dudar bastante, tanto que no sabía qué decirme, se quedó callada, y su silencio me desesperaba, veía que los ojos se le inundaban y que no decía nada para no llorar. Le dije que no me enorgullecía sentir que no quería tener al bebé, pero que en verdad eso es lo que quería. Le dije que me disculpe, pero que tenía que serle sincero. De pronto se paró y dijo “me voy a mi casa”. Le dije: “¿Qué? ¿Por qué no me dices lo que piensas?”. Y me respondió: “Más tarde hablamos, me voy a mi casa”. Detesto cuando se pone así. Salió hacia la puerta y yo detrás de ella. Yo le refutaba que debería decirme lo que piensa. Caminó hasta el paradero y yo a su costado refutándole y ella sin decir nada. Se subió a un bus y me dejó. La llamaba pero no contestaba, le comencé a mandar mensajes de texto pero nada. Después intenté llamarla de nuevo y su celular estaba apagado.
Todo eso pasó hoy a las 5 PM. A las 9 PM su hermana me dijo por chat que Jovanna estaba durmiendo, entonces me tranquilicé. Pero ahora son las 3 AM y su celular sigue apagado, ella nunca lo apaga. Sólo me pregunto ¿Qué es lo que pasará por su cabeza?
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