Hoy no vomité. Me levanté a las 12:30 de frente a la computadora para ver los nuevos comentarios en Facebook, correos, y pequeñas ganancias en Google Adsense. Coordino con la banda la hora del ensayo mientras almuerzo mi pescado frito con arroz y ensalada rusa que mi madre preparó. Pienso, esto no lo vomitaré, es una buena comida, rica y nutritiva.
Yo raciono mi día y sólo vomito lo que no sea desayuno, almuerzo o cena, o la comida chatarra que me embuta. Si me excedo en algo también vomito. Si como entre comidas algo, hago lo posible por vomitarlo.
Plan de las 3PM llega Jovanna, y nos vamos al cine.
Compramos las entradas. Falta media hora para la función, entonces nos vamos al McDonalds que está al frente. Mi ansiedad me mata, pido 2 hamburguesas y 1 papas grandes. Pienso “Esas dos hamburguesas las tengo que vomitar pero en el cine, entonces no pediré gaseosa”. Apenas acabamos, corremos al cine, pasamos a la sala y le digo a Jovanna, que ya vuelvo que iré a comprar gaseosa. Me meto al baño y me meto dos dedos a la boca, hasta el fondo. Carajo, no he tomado nada de líquido, qué difícil es vomitar así, pienso. Suena mi celular, puta madre. Contesto con la mano limpia y es Jovanna diciéndome que ya va a comenzar y que me apure. ¡Ya fue! Entonces en la noche no comeré nada, pienso. Me lavo y voy a comprar la gaseosa, y se me antoja comprar popcorn. Voy casi corriendo y llego a tiempo.
En la noche, llego a las justas al ensayo con la banda. Gran ensayo, el nuevo baterista, es bueno y los demás chicos lo aceptaron también. Regreso a mi casa cansado y no hay más que frutas para comer. La fruta nunca la vomito. Comienzo a comerla desganado sentado en la computadora viendo que hay de nuevas en la Internet. Agarro la guitarra un par de horas hasta que me de sueño y me voy a dormir a las 4 de la mañana.
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